domingo, 29 de abril de 2012





EL ENVEJECIMIENTO, LA VEJEZ Y LA PERSONA VIEJA


EL ENVEJECIMIENTO HUMANO ES LA VIDA  MISMA;ABARCA TODA LA LÍNEA DE LA VIDA: DESDE LA APERTURA DE ÉSTA CON EL NACIMIENTO, HASTA EL CIERRE DE ÉSTA CON LA MUERTE






Cuando el cierre de la vida coincide con la vejez, podría hablarse de felicidad porque se está ante una vida completa en todos sus ciclos. La vejez transcurre durante el envejecimiento  y ocurre  desde el consenso social con el advenimiento de la jubilación. Lo que más repercute en la esfera psicológica es el envejecimiento sensorial y visomotor.










                       LA VEJEZ SE CARACTERIZA POR CAMBIOS FÍSICOS, PSICOLÓGICOS Y   SOCIALES.

ü  Modificaciones de  los sentidos.

ü  Retardo psicomotor.

ü  Necesidad de administrar el cuerpo
     y sus movimientos.

ü  Extrañar por lo que antes se era y 
    ahora se es.


ü  Etc.







En cambio si el cierre ocurre  en otros momentos, no se diría lo mismo ya que se trata de una vida frustrada que no logró atravesar todas sus etapas, cada una de ellas cargada de enfrentamientos, desafíos, realizaciones que confieren madurez al individuo hasta llegar a final, pudiendo ser una Persona.

Para llegar a ser Persona, se requiere procesar lo que se vive. Pensar, reflexionar, extraer conclusiones y aprendizajes para el futuro a enfrentar, al tiempo que se da de baja o cierran  las cuestiones que dejan de tener  vigencia, es decir, se les quita el monto de lo afectivo que las mantiene con  presencia actual.


SE DIRÍA QUE SE TRATA DE INSTALAR UN "DUELO" PARA LO VIVIDO

Este proceso de duelo libera la energía psicológica ligada y con ello el individuo  se recupera para vivir el hoy con  toda la energía a plenitud,  sin entretenerla en situaciones o personas que ya no están. 

DUELO

  • Proceso de elaboración de la pérdida del objeto, por el que las cargas, fantasías, proyectos,  etcétera, han de reacomodarse para avenirse a la ausencia de aquel.
  • Para Elisabeth  Kübler-Ross se trata de un pasaje de cinco etapas que culmina con la aceptación.
  • Se trata de un camino, un proceso que culmina con aceptación a la que antecede la tristeza.









¿Cómo se puede ayudar en este proceso?

  •   Tanto los psicofármacos como el silencio son muy nocivos.
  •    El proceso es más lento en las personas mayores que en las jóvenes.
  •    Lo que ha de hacerse es facilitar espacios para hablar.


           EL DUELO NO SE MEDICA, SE ACOMPAÑA.























DUELO Y ENVEJECIMIENTO

     En la infancia, un período rico en duelos (Duelos compatibles con una época de crecimiento y aprendizaje), se ejerce la función “repetición” que a veces resulta tan difícil de soportar a los adultos.

 —  Los niños repiten o hacen repetir  a  otros hasta que un buen día no repiten más, y quizá pasen a repetir  otros  contenidos.

  1. ENVEJECIMIENTO Y DUELO.-   Entre los adultos, en los que la vida se presenta más estable,  los       duelos no son tan frecuentes salvo excepciones, este reciclaje, este repaso, se realiza durante el sueño, en el período de soñar con imágenes. Durante este período se repasan , aunque con distintos personajes y con otros disfraces las  mismas emociones vividas durante la vigilia en días anteriores y este reciclaje las torna posibles de incorporar.

  2. EL OTRO PERÍODO DE LA VIDA EN EL QUE LOS DUELOS SON FRECUENTES COMO EN LA INFANCIA ES LA VEJEZ.-   Aquí aparece una función psicológica que ayuda a procesar lo vivido, es la reminiscencia, que aparece en forma compulsiva después de los 6o años, a menudo ante situaciones que requieren elaboración.


  •   No es sólo una repetición memoriosa. 
  •   Es volver a vivir lo que se trae a la memoria con todas las emociones ligadas al  recuerdo.
  •   Así la reminiscencia será la acompañante de la vida desde el inicio de la vejez hasta el cierre, un   período en el que hay que ir destrabando situaciones pasadas  de conflicto, cerando el ayer para abrir el hoy que falta vivir y que demanda fuerza para enfrentar nuevos desafíos.



RECUERDA.........



Es necesario vivir procesando y realizando los cierres para madurar con cada experiencia vivida.
Vivir con la mochila vacía, no llevando cargas innecesarias.
“Caminante : son tus huellas el camino y nada más,  caminante no hay camino, se hace camino al andar".
Al andar se hace camino y al volver la vista atrás, se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar”

Antonio Machado









sábado, 28 de abril de 2012




“ENVEJECIMIENTO EXITOSO” Y “TERCERA EDAD”:
PROBLEMAS Y RETOS PARA LA PROMOCIÓN DE LA SALUD

Mauro Brigeiro

Resumen

El presente ensayo propone una reflexión crítica sobre las categorías “envejecimiento exitoso” y “tercera edad” a partir de un análisis de sus postulados,
Especialmente el que refuerza el proceso de envejecimiento saludable como resultado de una mera opción individual. De ese modo, se busca problematizar las acciones y discursos de la promoción de la salud dirigidos hacia al segmento poblacional de los adultos mayores y al proceso de envejecimiento, subrayando la necesidad de politización del debate de esos temas. El artículo sugiere como primordial la consideración de los diversos modos de gestión de la experiencia de la vejez en el momento de establecer estrategias de promoción de la salud a los que están envejeciendo.

Este texto parte de la idea de que algunas perspectivas y acciones identificadas con la promoción de la salud, pese a su indiscutible importancia, pueden perderse en sus propósitos al concretarse en contextos sociales e históricos particulares y, aún más, al dirigirse sin ningún nivel de crítica hacia determinados grupos sociales. Con este punto de partida, el presente ensayo versa sobre un tema específico dentro del vasto campo de la promoción de la salud, a saber, la atención al segmento poblacional de los adultos mayores. 

La argumentación desarrollada aquí se fundamenta en perspectivas críticas recientes acerca de las concepciones de envejecimiento exitoso y tercera edad, para así avanzar en algunas consideraciones del tema, dando prioridad a un aspecto que gana resonancia en el debate interno de la promoción de la salud: el énfasis, tan creciente como problemático en las prácticas sociales y de la salud, al considerar el envejecimiento exitoso y saludable como una tarea de responsabilidad individual.


En este intento, empezaremos por una breve descripción y definición de los términos envejecimiento exitoso y tercera edad, sus condiciones de surgimiento, sus premisas y pautas y los modos como se incorporan en los contextos latinoamericanos contemporáneos. A continuación, resaltamos cómo estas concepciones, al tiempo que operan una nueva configuración del curso de la vida y de las imágenes de la vejez, imponen desafíos a los cuales no pueden permanecer ajenos quienes estén involucrados en la práctica social e investigativa de la promoción de la salud en estos países.

Rice y Lockenhoff, afirman que envejecimiento exitoso y tercera edad son, teóricamente, nociones relacionadas y, se puede decir que comparten muchas perspectivas y significados. Envejecimiento exitoso, antes que un concepto, enmarca desde hace mucho, una importante aspiración humana. Deseamos envejecer bien, sin dolor o con el mínimo de sufrimiento. Usualmente  miramos con admiración a aquellos que atraviesan los años revelando bienestar, realización personal, vivacidad y vigor preservados. Como sabemos, ciencia y aspiraciones sociales están íntimamente relacionadas y, en este sentido, han existido muchos intentos teóricos y científicos encaminados a identificar y establecer qué sea envejecimiento exitoso.

Neri y Cachioni, sustentan que  la definición posee tres connotaciones generales. La primera se refiere a la realización del potencial individual capaz de generar satisfacción física, psicológica y social según el individuo y su grupo de edad. Es evaluada de acuerdo a condiciones objetivas disponibles, por la visión que la gente  instituciones posee sobre tales condiciones y por lo que se considera necesario para la realización plena de este potencial. La segunda significación toma como parámetros de envejecimiento exitoso el funcionamiento que más se acerque al de la media de la población más joven, siendo adoptada por las prácticas de salud, educativas y estéticas destinadas a preservar la juventud y retardar los efectos del envejecimiento. La tercera idea de envejecimiento exitoso se relaciona con la identificación de comporta-  mientos  para   los   cuales   los   individuos poseen un buen desempeño, y de optimización de su ejecución por medio de mecanismos de entrenamiento y motivación. Mediante tales estrategias se compensarían las pérdidas identificadas en el proceso de envejecimiento y se mantendría la estimulación para realizar comportamientos en otros dominios de la vida cotidiana. 

En esta tercera connotación, los ejemplos para lograr un envejecimiento exitoso suenan afines a la perspectiva de la promoción de la salud: si un adulto mayor tiene una buena capacidad física, la preservación de este potencial y su estimulación a través de la práctica deportiva puede reforzar el sentido de bienestar y favorecer la manutención de vínculos sociales. 

Sin embargo, en los tres conjuntos que organizan las diferentes visiones acerca del envejecimiento exitoso, el sujeto que envejece, siempre es el blanco de todo el proceso y, con los apoyos necesarios, el principal ejecutor del mismo. Él es el primer responsable por su salud y su enfermedad.

Minkler y Fadem, realizan una crítica similar sobre la concepción de envejecimiento exitoso promovida recientemente por la Fundación MacArthur y que se ha convertido actualmente en una de las más destacadas referencias sobre el tema. Desarrollada a partir de un largo estudio cuya propuesta era la consolidación de una nueva gerontología, la definición elaborada buscaba la formulación de un paradigma que pudiera contrastar con la asociación habitual de la etapa de la vejez y los procesos de pérdidas y deterioro. Se pretendía así, formular una teoría que engendrara aspectos positivos del envejecimiento.

La primera característica a destacar en este estudio es la diferenciación realizada entre ‘envejecimiento exitoso’ y ‘envejecimiento normal’. El eje central de esta nueva  perspectiva   es   la   idea a  de  que   la   salud y  los problemas relativos al ‘envejecimiento normal’ no son del todo normales, y más bien evidencian el resultado de estilos  de  vida  y otros   factores  que   expusieron  las personas al riesgo de enfermedades y discapacidades en la vejez. En oposición, el ‘envejecimiento exitoso’ es descrito como una habilidad para mantenerse en bajo riesgo de enfermar, con un alto nivel de actividad física y mental, y decididamente comprometido con la vida por medio del mantenimiento de relaciones interpersonales y la participación en actividades significativas. Dicho paradigma propone, primero, que los temores de pérdidas funcionales son con frecuencia superestimados, segundo, que muchas de las pérdidas funcionales verificadas con el paso del tiempo pueden ser evitadas, y, tercero, que muchas pérdidas funcionales de los adultos mayores pueden ser recuperadas.

En este sentido, envejecer exitosamente dependería mayoritariamente de acciones en prevención y promoción de la salud, ya que la desdicha de la vejez asociada al deterioro físico y mental estaría supuestamente bajo nuestro control. Las pérdidas, según este paradigma, están asociadas a factores tales como hábitos cotidianos, alimentación, práctica de ejercicios, etc., todos ellos ‘factibles de control y cambios’. El envejecimiento exitoso, como afirman algunos autores, resulta ser una cuestión de opción individual.

De hecho, y eso no se puede negar, la formulación del concepto en cuestión ha contribuido a innovaciones e incremento de estrategias en salud y de prácticas sociales que han representado una ganancia en términos de calidad de vida de las personas mayores. Sin embargo, las críticas que han recibido estas propuestas no pueden ser desatendidas. No   todas   las enfermedades y problemas fisiológicos asociados a la vida avanzada, son factibles de manejo por medio de la prevención de la enfermedad o la promoción de la salud. La pretensión de control individual sobre los procesos de deterioro identificados en la vejez, desde estadios anteriores del curso de la vida es, cuando menos, osada, especialmente cuando tratamos de sociedades en desarrollo. Como bien advierten los preceptos de la promoción de la salud, los determinantes de esta no se deben concentrar tan sólo sobre el individuo.

Más bien, envejecer con salud requiere otras condiciones durante el curso de la vida, como el acceso a la educación, al trabajo y al descanso, bienes materiales y culturales dignos, políticas públicas inclusivas, etc. Los modelos de envejecimiento exitoso en general, incluyendo el de la Fundación MacArthur, pecan al generalizar premisas particulares y simples a contextos culturales diferenciados y complejos; aprisionan experiencias y valoraciones sociales diversas sobre el envejecer, bajo el auspicio de modelos estrechos y sin validación externa. Homogenizan prescripciones, sin matizar diferencias de género, raza y clase social, e ignoran las demás posibilidades que pueden caracterizar un buen envejecimiento.

En resumen, la principal crítica que ha recaído sobre el término envejecimiento exitoso y sus dimensiones específicas, muy pertinente a nuestro ver, es la de que puede favorecer la estigmatización de las personas que no alcancen el ideal de ‘envejecer bien’. Se trata aquí de evitar el frágil teorema de que si el individuo es el responsable por la gestión de su envejecimiento con éxito, también lo será cuando no alcance el intento. Tal proposición, incluso ha contribuido al aumento de la estigmatización de los viejos que viven en situaciones de discapacidad.

Estos puntos de vista mantienen su validez cuando pensamos en el modelo de gestión de la experiencia del envejecimiento conocido como ‘tercera edad’, tan de moda en Latinoamérica, y por eso la iniciativa de rescatarlo en esta argumentación. Las definiciones sobre el envejecimiento exitoso, sobre todo las que hacen referencia a la actividad como aspecto favorable durante la vejez, se sintonizan fuertemente con el modelo citado. La producción científica y la argumentación intervencionista del Estado y del movimiento social denotan un fuerte compromiso con esta nueva categoría, sea en parte de Europa o Estados Unidos, o en el ámbito de América Latina, caracterizada por importar las innovaciones extranjeras sobre la problemática. En este continente, la expresión se difundió como la manera más apropiada de referirse a la vejez. El término recibe una significación tan positiva y respetuosa que ha sido aplicado ampliamente, intentando englobar en sí la completa diversidad del segmento social de los más viejos.

Ahora bien: la categoría tercera edad, según sus premisas, es una etapa en que las personas deben abrirse a lo nuevo, a las formas de relacionarse (con la pareja, la familia, con la comunidad), rescatar antiguos proyectos de vida e iniciar otros, involucrarse en el aprendizaje de nuevas habilidades, etc.

La categoría tiende a oponerse a la concepción de vejez asociada a la decadencia y la declinación. Al contrario, ofrece un sentido de neutralidad al representar a los viejos, al tiempo que refuerza la idea de progreso o avance.

Presupone un sentido continuo, de etapas progresivas más no necesariamente en descenso. Intenta, así, la propuesta de un nuevo cuadro en el que el curso de la vida seguiría un creciente sin fin, sirviendo al propósito de anular la estigmatización identificada o presumida sobre esta población.

Evidentemente, la expresión ‘tercera edad’ tiene su historia relacionada con las intenciones de cambiar las connotaciones negativas existentes en torno a la vejez, afirmando esta etapa como la más propicia para la autorrealización, por la supuesta ventaja de la experiencia de vida acumulada.

Claro está que la tercera edad está comprometida con un ideal de transformación del   envejecimiento  en un problema   social,  donde   son necesarias nuevas definiciones, nuevas formas de categorización que opongan un nuevo vocabulario a un antiguo modo de tratamiento de los viejos. De este mismo modo, se  busca   invertir   algunos   sentidos   sociales   alrededor  de este período de la vida y la jubilación. Antes entendido como una etapa de des canso y  resguardo,   estar   retirado viene   ahora   a   significar  un período de actividad, realización personal, entretenimiento y diversión. Para alcanzarlo, el recurso más indicado por los expertos es la adhesión a espacios sociales de asociación e integración, aspecto fundamental de los programas y proyectos asociados a la categoría tercera edad.

Resulta   primordial,   entonces,   que   las investigaciones y prácticas consideren el punto de vista de los adultos mayores que estamos conduciendo al interior   de   nuestras   intervenciones.  Necesitamos considerar en el campo de la promoción de la salud, la existencia de múltiples concepciones y formas envejecimiento exitoso según las personas que lo viven y preguntarnos acerca de los diversos significados que pueden ser atribuidos por la gente a la salud y los hábitos saludables en la vejez.


Fuente

“Investigación y Educación en Enfermería - Medellín, Vol. XXIII N. º 1, marzo de 2005”






LA PSICOLOGIA DE LA VEJEZ




INTRODUCCIÓN

La vejez es un estado en la vida y el envejecimiento un proceso que sucede a lo largo del ciclo vital. Tanto la vejez como el envejecimiento humano son objetos de conocimiento multidisciplinares en el sentido en el que el individuo humano es un entre bio-psico-social. Por esta razón, el individuo envejeciente o viejo es un sujeto de conocimiento psicológico.
La psicología es una ciencia básica  dedicada al estudio del comportamiento humano a los niveles de complejidad necesarios y, por tanto, incluye tanto la conducta motora (lo que una persona hace), emocional (lo que siente) y cognitiva (lo que piensa) así como complejos atributos humanos como la conciencia, la experiencia, la personalidad, la inteligencia o la mente. 
Así pues, la psicología también se ocupa del comportamiento a lo largo de la vida tratando de establecer tanto cuales son las pautas o los patrones típicos o cuáles son los cambios que se producen con el paso de la edad o a través del ciclo vital y, cómo  derivación, cuales son las más notables diferencias a lo largo de la vida desde el nacimiento hasta la muerte.



      LAS ETAPAS DE LA VIDA


Como en otras ciencias sociales y biológicas, los expertos han convenido en establecer distintas etapas evolutivas que ocurren a lo largo de la vida. Éstas  varían de unos autores  a otros pero, en síntesis, los expertos son coincidentes en que  la evolución del comportamiento humano cuenta con cuatro esenciales periodos: la infancia, la adolescencia, la edad adulta y la vejez.  

Si tratamos de establecer que esenciales diferencias se producen en estas cuatro etapas podríamos decir que, desde el nacimiento hasta la edad adulta (incluyendo la infancia y la adolescencia) se produce un fortísimo crecimiento en prácticamente todos los sistemas comportamentales y, por tanto, los psicólogos evolutivos han denominado periodo del desarrollo humano. Estas primeras dos etapas de la vida es perfectamente coincidentes con lo que ocurre a niveles biológico: en ellas se produce la maduración del individuo que en estrecha interacción con el medio ambiente familiar y social es responsable de esos complejos repertorios comportamentales referidos anteriormente. 

1. ¿Qué sucede en la edad adulta y en la vejez?

 En principio, la creencia más común en nuestra cultura es que la edad adulta implica estabilidad, ello, también sería coincidente con lo que aceptan las ciencias bio-médicas. Sin embargo, la investigación de lo que ocurre comportamentalmente en la edad adulta es que, aunque con un menor incremento, el individuo sigue desarrollándose o perfeccionando sus repertorios comportamentales.

Es más, en nuestra sociedad actual, la verdadera profesionalización llega mucho después de la adolescencia y la máxima inversión educativa y formativa no solo se produce en los primeros años de la vida sino a todo lo largo de ésta. En un mundo tecnificado como el nuestro el ser humano ha de seguir inserto en procesos de aprendizaje a lo largo de toda su vida adulta y nuestra sociedad ha sido bautizada como una sociedad del conocimiento en el que éste se convierte en un objetivo preciado a todo lo largo del ciclo de la vida.

2. ¿Y en la vejez?

Ello, está todavía más claro, la común creencia es que a partir de una determinada edad empieza “la vejez”. La idea más común es que existe un comienzo de esa vejez, generalmente establecido en la edad de jubilación, y, lo que es peor, que ello conlleva pérdida, declive y deterioro. Y es que la psicología o mejor  aún, algunos psicólogos han asumido un modelo biomédico por el que sabemos que, a lo largo de la vida, pasados un periodo de fuerte crecimiento,  todos nuestros sistemas biológicos pierden eficiencia. Es este comportamiento de los sistemas biofísicos a lo que, desde la biología, se llama envejecimiento y se expresa como una involución  que tiene el signo contrario a lo que llamamos desarrollo.

El ser humano no se “termina” psicológicamente hablando (o no termina su desarrollo) cuando acaba su máxima maduración física y biológica ni empieza su deterioro cuando termina, en la edad adulta, su etapa laboral, se marchan los hijos del hogar o cuando ocurre cualquier otra condición física, biológica y social. El desarrollo  humano, desde una perspectiva psicológica, dura mientras siguen produciendo las transacciones entre  el organismo biológico y el contexto sociocultural. Pero, desde luego, en esa ecuación del cambio a lo largo de la vida en ese balance entre evolución y desarrollo e involución y deterioro (o, en otros términos, entre pérdidas y ganancias) existen factores psicológicos que experimentan ganancias y otros que experimentan pérdidas. 

También es verdad que existen determinadas características psicológicas, como por ejemplo, el neuroticismo, la sociabilidad, o las actitudes y los intereses que, una vez instauradas en la edad adulta, se modifican muy poco a todo lo largo de la vida. En definitiva, la teoría de la continuidad establece que existe un escasísimo cambio por lo que se refiere a las preferencias, actitudes y actividades que las personas realizan a lo largo de su vida. 

A pesar de que la investigación psicológica presenta el panorama aquí sintetizado, la visión esterotipada de lo que acontece durante la vejez nos presenta un panorama sombrío en el que paralelamente a lo que ocurre físicamente según avanza la edad lo que necesariamente se produce cambios negativos, es decir, deterioro y decrepitud en todos los planos del psiquismo humano. Estos clichés son extraordinariamente importantes, no solo porque implican falsas creencias, sino porque tiene efectos perversos en las personas como se verá más adelante.

Sin embargo, conviene comenzar resaltando que  estamos considerando a la vejez como una etapa de la vida. Los individuos llegan a esa etapa con  muy distintos bagajes y experiencias debido no solo al estado de su organismo en su sentido biológico sino, sobre todo,  de la historia de aprendizaje y de las circunstancias que les ha tocado vivir. De hecho, una de las características más notables del proceso de envejecimiento es la enorme variabilidad que existe. En otras palabras, en la medida en que se incrementa la edad aumenta las diferencias existentes entre los individuos envejecientes debido,  lógicamente, a la diversidad de circunstancias y de contextos históricos vividos ya sean los patrones de cambio en la vejez, la variabilidad entre los distintos procesos, funciones psicológicas así como entre los comportamientos divergen extraordinariamente entre los distintos individuos. 
         



CONCLUSIONES

La vejez es una etapa de la vida y el envejecimiento es un proceso que ocurre a lo largo de la vida. Ambos objetos de conocimiento son multidisciplinares puesto que el ser humano es una realidad bio-psico-social. La psicología como disciplina científica que se ocupa del comportamiento humano a los niveles de complejidad necesarios es una disciplina básica de los cambios psicológicos que se producen en el transcurso de la vida.  







LA VEJEZ






INTRODUCCIÓN

Hacerse viejo es un proceso que experimenta cada uno y los cumpleaños son recordatorios de que este proceso está realmente ocurriendo. La gente, a los veinte o a los treinta años, puede sacar una idea muy real a partir de sus propias experiencias de lo que significa envejecer. Hay cabida para el optimismo y la tristeza, para tener conciencia de que alguna forma de conducta puede cambiar, para ordenar y utilizar los propios recursos, para recordar el pasado y para mirar con esperanza al futuro. Aquellos que no son todavía viejos han tenido amplias experiencias para aumentar la empatía por aquellos que lo son.

A esta edad suelen aumentar su conocimiento sobre la vejez, y su comprensión por los más viejos, examinando las cuestiones, ideas e información proveniente de la psicología de la naturaleza de la tercera edad. A este respecto, se intenta dar una imagen realista de las personas mayores, rechazando la tentación de ganarse su simpatía, poniendo énfasis en sus problemas económicos y de salud, sus limitaciones, su soledad y falta de poder y, al mismo tiempo, rechazando la idea de que la vejez es un período fácil y placentero sin importantes preocupaciones y cuidados.

domingo, 15 de abril de 2012






ADULTOS MAYORES

Existen en nuestro distrito adultos mayores que no gozan de una pensión pero que sin embargo, atraviesan una situación particularmente alarmante y que amerita un tratamiento tributario especial. Se les llama por nombre "Arbitrios" (Son aquellos  tributos que se pagan por la prestación de servicios de Limpieza Pública, Parques y Jardines y Serenazgo).

Para ellos la municipalidad de Santiago de surco ha creado del beneficio de exoneración del 50% de arbitrios para los adultos mayores de 65 años que cuenten con escasos recursos económicos.

Así, previo informe socioeconómico de la gerencia de Desarrollo Humano y Protección Social, los adultos mayores que no tengan la condición de pensionistas y cuyos ingresos mensuales no superen el 30% de UIT (3,650 nuevos soles para este ejercicio) pagaran solamente la mitad del monto correspondiente a arbitrios. 


Así, mismo cada vez el distrito Surcano esta asiendo mejores servicios para la cuidadania y sobre todo este nuevo beneficio para los adultos mayores que se encuentran con bajos recursos, es una buena ayuda y mejoria para ellos.



 




EL CLUB DEL ADULTO MAYOR

MANTENER LA MENTE OCUPADA EN APRENDER, CONSERVAR, DISTRAERSE con libros y juegos de mesa, así como hacer ACTIVIDAD FÍSICA, marcan la diferencia entre una  VIDA SEDENTARIA y una rutina activa. Se trata simplemente de "SENTIRSE VIVO".
El club municipal del adulto mayor es un nuevo local que se ha inaugurado en la avenida Mariscal Castilla, en la antigua sede de la Reniec del distrito de Santiago de Surco. Con horario de nueve de la mañana a cuatro de la tarde, se reúnen los vecinos del distrito que tienen más de 400 socios registrados. Allí, a manera de un club social y deportivo conducido por un equipo multidisciplinario con especialistas que van desde la medicina hasta la informática, los “socios” mantienen la mente ocupada en aprender, conversar o jugar y también hacen ejercicio y rehabilitación. Aquí el pasatiempo, la actividad física y la terapia fisiológica y psicológica se enmarcan en el programa municipal de cobertura integral de prevención y promoción en salud.
Las articulaciones, espalda y cadera necesitan mucha atención. Para ello, cuentan con asistentes que los guían en el uso de las barras paralelas y caminadoras, así como en los equipos de terapia con electrodos, termoterapia y ultrasonido.
Por ejemplo la vecina Susana Rodríguez Mejía, de 66 años, está aprendiendo computación para tener su propio “blog” y poder contar sus experiencias a través de Internet. Luego de clases, acude puntualmente a las sesiones de fisioterapia.
Y es que en este club también se lee, se conserva, se juega ajedrez y a las cartas. Pero no hay tragamonedas, humo de cigarro. Lo que hay son médicos y psicóloga, además  de un entrenador en informática, a doble turno durante las mañanas. Es increíble la forma en que los adultos mayores ven la vida: con serenidad y calma.
En una mañana típica, funcionan con gran acogida la sala de fisioterapia y las clases de computación. De hecho, dos o tres veces a la semana, los socios usualmente tienen una mañana en la que pueden entrenarse  en el uso de Internet, acudir a una consejería psicológica, tratar sus dolencias o asistir a charlas de salud sin costo alguno.
Porque aquí no hay moneda que valga, salvo la del entusiasmo. Y las apuestas que los concurrentes al casino o Club del adulto mayor hacen todas las mañanas son por aprender algo nuevo y pasar unas horas bastante entretenidas. Es un club que favorece mucho al adulto mayor y está disponible al alcance de todos.