LA PSICOLOGIA DE LA VEJEZ
INTRODUCCIÓN
La vejez es un estado en la
vida y el envejecimiento un proceso que sucede a lo largo del ciclo vital.
Tanto la vejez como el envejecimiento humano son objetos de conocimiento
multidisciplinares en el sentido en el que el individuo humano es un entre
bio-psico-social. Por esta razón, el individuo envejeciente o viejo es un
sujeto de conocimiento psicológico.
La psicología es una ciencia
básica dedicada al estudio del
comportamiento humano a los niveles de complejidad necesarios y, por tanto,
incluye tanto la conducta motora (lo que una persona hace), emocional (lo que
siente) y cognitiva (lo que piensa) así como complejos atributos humanos como
la conciencia, la experiencia, la personalidad, la inteligencia o la
mente.
Así pues, la psicología
también se ocupa del comportamiento a lo largo de la vida tratando de establecer
tanto cuales son las pautas o los patrones típicos o cuáles son los cambios que
se producen con el paso de la edad o a través del ciclo vital y, cómo derivación, cuales son las más notables diferencias
a lo largo de la vida desde el nacimiento hasta la muerte.
LAS ETAPAS DE LA VIDA
Como en otras ciencias
sociales y biológicas, los expertos han convenido en establecer distintas etapas
evolutivas que ocurren a lo largo de la vida. Éstas varían de unos autores a otros pero, en síntesis, los expertos son
coincidentes en que la evolución del
comportamiento humano cuenta con cuatro esenciales periodos: la infancia, la
adolescencia, la edad adulta y la vejez.
Si tratamos de establecer que
esenciales diferencias se producen en estas cuatro etapas podríamos decir que,
desde el nacimiento hasta la edad adulta (incluyendo la infancia y la adolescencia)
se produce un fortísimo crecimiento en prácticamente todos los sistemas comportamentales
y, por tanto, los psicólogos evolutivos han denominado periodo del desarrollo
humano. Estas primeras dos etapas de la vida es perfectamente coincidentes con
lo que ocurre a niveles biológico: en ellas se produce la maduración del
individuo que en estrecha interacción con el medio ambiente familiar y social
es responsable de esos complejos repertorios comportamentales referidos anteriormente.
1. ¿Qué sucede en la edad adulta y en la vejez?
En principio, la creencia más común en nuestra
cultura es que la edad adulta implica estabilidad, ello, también sería
coincidente con lo que aceptan las ciencias bio-médicas. Sin embargo, la
investigación de lo que ocurre comportamentalmente en la edad adulta es que,
aunque con un menor incremento, el individuo sigue desarrollándose o
perfeccionando sus repertorios comportamentales.
Es más, en nuestra sociedad
actual, la verdadera profesionalización llega mucho después de la adolescencia
y la máxima inversión educativa y formativa no solo se produce en los primeros
años de la vida sino a todo lo largo de ésta. En un mundo tecnificado como el nuestro
el ser humano ha de seguir inserto en procesos de aprendizaje a lo largo de
toda su vida adulta y nuestra sociedad ha sido bautizada como una sociedad del
conocimiento en el que éste se convierte en un objetivo preciado a todo lo
largo del ciclo de la vida.
2. ¿Y en la vejez?
Ello, está todavía más claro,
la común creencia es que a partir de una determinada edad empieza “la vejez”.
La idea más común es que existe un comienzo de esa vejez, generalmente
establecido en la edad de jubilación, y, lo que es peor, que ello conlleva
pérdida, declive y deterioro. Y es que la psicología o mejor aún, algunos psicólogos han asumido un modelo
biomédico por el que sabemos que, a lo largo de la vida, pasados un periodo de
fuerte crecimiento, todos nuestros
sistemas biológicos pierden eficiencia. Es este comportamiento de los sistemas biofísicos
a lo que, desde la biología, se llama envejecimiento y se expresa como una
involución que tiene el signo contrario
a lo que llamamos desarrollo.
El ser humano no se “termina”
psicológicamente hablando (o no termina su desarrollo) cuando acaba su máxima
maduración física y biológica ni empieza su deterioro cuando termina, en la
edad adulta, su etapa laboral, se marchan los hijos del hogar o cuando ocurre
cualquier otra condición física, biológica y social. El desarrollo humano, desde una perspectiva psicológica,
dura mientras siguen produciendo las transacciones entre el organismo biológico y el contexto
sociocultural. Pero, desde luego, en esa ecuación del cambio a lo largo de la
vida en ese balance entre evolución y desarrollo e involución y deterioro (o,
en otros términos, entre pérdidas y ganancias) existen factores psicológicos que
experimentan ganancias y otros que experimentan pérdidas.
También es verdad que existen
determinadas características psicológicas, como por ejemplo, el neuroticismo,
la sociabilidad, o las actitudes y los intereses que, una vez instauradas en la
edad adulta, se modifican muy poco a todo lo largo de la vida. En definitiva,
la teoría de la continuidad establece que existe un escasísimo cambio por lo
que se refiere a las preferencias, actitudes y actividades que las personas
realizan a lo largo de su vida.
A pesar de que la
investigación psicológica presenta el panorama aquí sintetizado, la visión esterotipada
de lo que acontece durante la vejez nos presenta un panorama sombrío en el que paralelamente
a lo que ocurre físicamente según avanza la edad lo que necesariamente se
produce cambios negativos, es decir, deterioro y decrepitud en todos los planos
del psiquismo humano. Estos clichés son extraordinariamente importantes, no
solo porque implican falsas creencias, sino porque tiene efectos perversos en
las personas como se verá más adelante.
Sin embargo, conviene comenzar
resaltando que estamos considerando a la
vejez como una etapa de la vida. Los individuos llegan a esa etapa con muy distintos
bagajes y experiencias debido no solo al estado de su organismo en su sentido
biológico sino, sobre todo, de la historia
de aprendizaje y de las circunstancias que les ha tocado vivir. De hecho, una
de las características más notables del proceso de envejecimiento es la enorme
variabilidad que existe. En otras palabras, en la medida en que se incrementa
la edad aumenta las diferencias existentes entre los individuos envejecientes debido, lógicamente, a la diversidad de
circunstancias y de contextos históricos vividos ya sean los patrones de cambio en la
vejez, la variabilidad entre los distintos procesos, funciones psicológicas así
como entre los comportamientos divergen extraordinariamente entre los distintos
individuos.
CONCLUSIONES
La vejez es una etapa de la
vida y el envejecimiento es un proceso que ocurre a lo largo de la vida. Ambos
objetos de conocimiento son multidisciplinares puesto que el ser humano es una
realidad bio-psico-social. La psicología como disciplina científica que se
ocupa del comportamiento humano a los niveles de complejidad necesarios es una
disciplina básica de los cambios psicológicos que se producen en el transcurso
de la vida.
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